Durante muchísimos años, la tarjeta de visita ha constituido la mayor fuente de datos empresariales de la historia. No había empresa u oficina en la que, en sus cajones, no encontrásemos un tarjetero cargado de estos documentos y que se convertía en un salvoconducto cuando se trataba de buscar el teléfono o la dirección de algún proveedor o de algún cliente.
El paso del tiempo ha cambiado la forma en que hacemos negocios y también le ha restado algo de importancia a esta tarjeta, aunque lo cierto es que hoy día siguen siendo muy útiles para todo tipo de profesionales.
Este hecho no es casual en unos tiempos como los de la tecnología y los Smartphones, en los que es relativamente fácil hacer contactos y mantenerlos controlados a través de las diferentes herramientas y redes sociales. Y es que la tarjeta de visita es un formato que ha sabido sobrevivir al avance de la tecnología y que, hoy día, no cuenta con una alternativa digital universal.
Actualmente, no hay ninguna tecnología que permita intercambiar datos de una forma tan sencilla como lo es entregar una tarjeta.
Todo ello a pesar de la existencia de opciones como el sistema NFC, que facilita el intercambio de información entre usuarios de forma simple. Sin embargo, mas allá del aspecto puramente tecnológico y de la comodidad que ofrece la tarjeta de visita, lo cierto es que esta también constituye un elemento de marketing para cualquier empresa o profesional.
Cuando se trata de diseñar una tarjeta de visita es obvio que parte de lo que somos se refleja en ella, más allá de nuestros datos personales. Algo para lo que es clave diseñar adecuadamente la tarjeta en función tanto de la empresa para la que la vamos a utilizar como de las características del cargo que las va a entregar.
Cómo diseñar una tarjeta de visita en el siglo XXI
De todo lo que hemos comentado, surge la pregunta de cómo diseñar una tarjeta de visita en nuestros días y si la misma debe ser muy diferente a lo que se ofrecía hace unos años. Empezando por esta última cuestión, el avance en las técnicas de impresión y los nuevos materiales han abierto la puerta para que dispongamos de alternativas para las tarjetas.
La calidad de la impresión actual permite aprovechar mejor el espacio, incluir gráficos y fondos y otros elementos que pueden ayudarnos a enriquecer la experiencia. No obstante, cuando se trata de diseñar tarjetas de visita hay algo que prevalece. Menos es más.
Es cierto que en una tarjeta de visita el soporte y del diseño son importantes, pero la parte fundamental de la misma son los datos de la persona mencionada en la misma. Y si por crear un diseño innovador o llamativo impedimos que el usuario visualice esos datos con comodidad, entonces nuestra tarjeta de visita va a ser muy poco útil.
Logotipo, colores y tipografía de marca
Esto no debe impedir que a la hora de diseñar una tarjeta de visita incluyamos en la misma elementos como el logotipo, los colores corporativos y las tipografías habituales de la marca o de la empresa.
Eso sí, en caso de que estos elementos sean demasiado llamativos y enmascaren los datos de contacto de la persona, conviene usar sutilmente esos detalles corporativos, para que la tarjeta siga siendo práctica.
Materiales de la tarjeta de visita
También es importante tener en cuenta los materiales con los que se va a elaborar. Un modelo diseñado para un comercial de una empresa de alimentación de bajo coste no debería imprimirse en el mismo papel que la que se diseña para una elegante firma de moda, por motivos obvios.
Lo mismo ocurre con la calidad de impresión y los diferentes remates de la misma, tales como el número de tintas o el acabado en barniz. Estos aportan valor a nuestra tarjeta de visita, pero es obvio que su uso como herramienta de marketing deberá estar ajustado a la imagen que queremos dar.
La importancia de la impresión
Sacando a colación lo que comentábamos en el apartado anterior, hay muchas personas que tienen la tentación de imprimir en su empresa sus propias tarjetas de visita. Esta idea no es mala en caso de que necesitemos tarjetas de visita de forma puntual y no tengamos tiempo de encargarlas. Pero, generalmente, el acabado de las tarjetas no suele tener la misma calidad.
Las técnicas que usamos en casa para imprimir distan mucho de las que se usan a nivel profesional, por lo que esas tarjetas seguramente serán menos duraderas.
Lo que sí podemos hacer es diseñar nuestra tarjeta de visita en casa, imprimirla para ver qué tal queda y, posteriormente, usar los servicios de alguna de las empresas que las imprime online y nos las envían cómodamente a donde le digamos.
También tenemos la alternativa de recurrir a alguna imprenta en local, a la que llevaremos nuestro diseño y le realizaremos el encargo de la impresión de nuestra tarjeta. Esta es la mejor alternativa para obtener tarjetas de visita de calidad si prefieres encargarte tú mismo del diseño.
Yo creo que es muy difícil que la tarjeta pueda sustituirse, en el peor de los casos ya lo tienes impreso y sigue siendo una buena manera de ofrecer información de calidad. Saludos.